martes, 31 de agosto de 2010

Soledades

En cada susurro, ahí estas...

Era una noche de abril invernal, el viento soplaba fuertemente hacia temblar los mas recónditos lugares, la niebla cubría de blanco con su manto tenebroso el campo fértil , las hojas de los arboles caían sobre el suelo ya sin vida, a lo lejos del lugar se encontraba una casa ubicada en lo alto de las cumbres, el lugar era solitario, sigiloso allí vivía un hombre ya viejo de edad, era un hombre taciturno, soñador, solitario, cada vez que llegaba la noche los recuerdos lo invadían, se sentaba en una esquina de su habitación, con una cajetilla de cigarros con su café encima de la mesa, y con un viejo libro donde guardaba los recuerdos de su vida, cada noche los leía antes de acostarse, sus ojos se inundaban y las lagrimas comenzaban a deslizarse por su rostro como cantaros de un roció, su mirada penetrante y perdida en sus recuerdos era lo único que lo mantenía con vida.

Cada recuerdo era como un circulo donde divagan sus ideas, su corazón se abría en mil pedazos en su interior, en lo que pensaba el hombre era en ella sí ella, eras tú, la que le robo su corazón, desde la primera vez que se conocieron en aquel parque donde el no tenia mas que muchas cosas que contar ahí te conocio, la que toco su mano en las noches mas oscuras, la que le hacia compañía durante toda su vida, la que la abrazaba con ese color intenso que solo ellos dos sentían, la que compartía con él sus días alegres y tétricos, la que le contaba sus recuerdos, las promesas, los sueños rotos, tú eres la que lo comprendía, le daba consejos, ella es la reflexiva, la que la atrapo a la primera mirada la cautivo con su rostro sincero y vagabundo con la mano en el corazón y le prometió que nunca lo dejaría, que siempre estaría a su lado, en las noches donde el quisiera verla estaría, que solo pronunciara nombre, que entre sus sueños tu estarías vigilándolos, calmándolos, tú le secabas las lagrimas de dolor, eras su compañera de toda la vida, sí ella solo ella sabes de quien te hablo, de la soledad, un espasmo prolongado recorrió en su interior cada vez que la vuelve haber , su compañía es abrumadora, encantadora, sus gestos son cálidos como el sol que alumbra a medio día, eres tú la soledad la que siempre te hace compañía.

jueves, 19 de agosto de 2010

Dime que pretendes tú

Cuando la razón ya no comprende al corazón…

Que pretendes tú, resucitar la llama casi apagada, resucitar algo dentro de las cenizas del cual tú fuiste la culpable que quieres obtener con tus palabras a medio terminar, cuando tu razón ya no comprende a tú corazón dijiste todo lo que estuvo a tú alcance odio, arrepentimiento, dolor, rabia, decepciones, reclamos y ahora que paso el tiempo te puedes dar cuenta de tus palabras dichas y del gran daño que causo tus engaños y mentiras, dime tú, explícame que pretendes ahora que han marchitado las ultimas hojas de otoño a medida que pasan los días nos alejamos uno del otro, las palabras van perdiendo fuerzas y ya no repercuten como antes en el fondo del corazón, acaso no te das cuenta y cuando por fin te atreves a pronunciar algo, te quedas inmutada, sin palabras y no encuentras la manera de decirlo, sigues dando vueltas en círculos desde la primera vez, sigues en lo mismo, acaso no encuentras la salida, que pasa, acaso es que lo que quieres pronunciar ya no sale desde el fondo de tú corazón, es que tienes miedo de decir una y otra vez ya no queda nada, ya todo termino o es que tienes miedo de haber cometido un error más pero no sabes como repararlo, recuperar lo que está perdido y yo como puedo saber si esta vez puede ser verdad, como puedo hacer yo para volver a confiar y que realmente tus palabras pronunciadas nazcan desde el fondo de tú corazón, dime tú como puedo hacer para creer otra vez en ti…