miércoles, 20 de octubre de 2010

He sentido

Tú corazón palpitar...

He sentido tú piel rozar mi cuerpo y el desgarro de tus labios en las zonas próximas a la excitación sublime, he escuchado otra vez más, tus gemidos al borde de mis oídos, te he visto perderte entre las sabanas blancas y el deseo carnal anhelado que ahora surgió, tú respiración y movimientos agitados sin precisión que un día súbitamente desaparecieron, observe tú ternura única y la pasión que brotaba por los poros de tú piel, tus gemidos se quedaron grabados en mis oídos y son los que en cada día me levantan con una exaltación de media noche, deseoso de volver a tenerte entre mis brazos, dentro de mis sabanas blancas una y otra vez más.

Son los mismos deseos de siempre, de desgarrar tú piel, y de fundirme contra tus pechos, de presionarte contra mi, besarte lentamente y de penetrarte…mis deseos y mi pasión de nuestra inconsciencia libidinal que surgió y por la cual te recuerdo.

Los deseos más ínfimos emergen desde mi inconsciente hacia ti.

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